lunes, 19 de diciembre de 2011

Delirios de...

Lo intento, pero ninguna palabra sirve, ninguna basta. Todas se me enredan en la lengua y me hacen tropezar a cada paso. Callo, pues. Miro el campo con la nariz helada, que en su gélida quietud susurra palabras que yo apenas puedo comprender. Me dice 'Paciencia', y se me revuelve el estómago sin querer, como si esa palabra fuera eterna y yo un simple instante en este abismo, que caigo sin remedio con cada nueva cicatriz, perdurando en el tiempo en un loco círculo de irremediables pensamientos torturadores.
Y así es, nada vale, nada funciona contra esto que me crece. Tal vez sea hora de encontrar la calma en un remanso tranquilo de este torrente; lamerme las heridas y creerme tan invencible como siempre, como nunca lo he sido pero que más me valiera serlo. 
Hoy soy vulnerable, se ha producido un eclipse que deja entrever mi alma en el brillo de los ojos, a través de esa gélida chispita que no suele ser más que un espejismo. Ando en proceso de cerrar de nuevo esta coraza mía, tan oxidada y rota ya. 
Pero mañana será otro día...

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