domingo, 11 de diciembre de 2011

Veille.

El tiempo late de pronto mucho más despacio. Va frenándose conforme atraviesa la ventana y me golpea. El silencio sólo roto por pequeñas melodías de luz. Las nubes se acercan y se van volviendo cada vez más densas y oscuras. Nero me mira, somnoliento, creo que él también lo siente. 
Me adormila esta quietud que reina. Me obnubila. 
Qué día más bonito y triste.

1 comentario:

  1. Que gracioso Nero, me lo imagino con carilla de pena mientras escribes (: jaja

    ResponderEliminar