miércoles, 10 de enero de 2018

APARTE

Y luego. Punto y aparte, los días en que amanezco llena de una energía vibrante y terrible, que me llega hasta la garganta –me la anuda, la hace chispear, me la agarra como una mano que apretara con todas sus fuerzas-. Me siento tan fuerte que podría romper los folios sin querer, me siento tan terriblemente torpe, me tiemblan las manos. Resoplo. Por la nariz, por entre los labios. Y qué maravilloso sería tenerte aquí para descargar este temblor sobre ti, sobre tu pelo, agarrarte del brazo, hacerte sangrar. Y qué ganas de que este aparte sea un continuo,  romper el estancamiento emocional de los días grises que se suceden sin tiempo para pensar, sin tiempo para ser fuerte y destrozar las ventanas. Sin tiempo para despegar los labios y gritar lo que siempre se queda guardado sin más. Y susurrarte gritando al oído que te quiero sostener entre los dedos y clavarte las uñas. Hasta que sangres.