lunes, 25 de noviembre de 2013

JR

Dale un poquito de sol a este día helado para que se derrame la nostalgia, para que chorree por mis dedos helados, llenos de heridas por un frío inexplicablemente insoportable y bello. Háblame de tus costras y yo te regalo un poco del gris que acumulo. Tan brutales; tu alma y la mía, tan desconsideradas y vanas a veces. Tan delicadas, las pobres. Tan infinitas, las heridas que se van añadiendo a la larga lista de deslices. Tan precisas en su locura. 
Divagar una y mil veces, para no decir nada, para sonreírlo todo, si es que acaso es necesario, y quedarme a medias, en la simpleza de un suspiro por una necesidad candente; la de aferrarme a mi sentimiento favorito sin querer queriendo. No existen lobos alejados de la eterna y oscura melancolía. Siempre se anhela el gris y precioso cielo, o eso dicen. 
Si te dejas fluir siempre llegarás a la orilla donde se embarca la oscuridad del ser, si te dejas ir sobre las profundas aguas de una conciencia a medias con mucho que ofrecer y más aún por callar.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Casi.

Un gran café después de otros tantos, Nocturnes, muchos libros... Viernes raro. Viernes casi domingo y mi alma no quiere parar de estamparse, escaparse y dejarme maravillosamente perdida.