jueves, 24 de julio de 2014

Tsssss.

A veces odio sentir, odio emocionarme y ser vulnerable. Odio ser mortal entre la gente. Odio perder el control. Odio sentir la manipulación. A veces me gusta ser una esfinge; poderosa, inamovible. 
Qué placer sentirse separado de una multitud vulgar.

domingo, 20 de julio de 2014

Gato triste.

Nunca podré olvidar esa vez que me amaron por la tristeza que vieron en mí. Cuántas cosas aprendí de mi ser por aquellos tiempos; laconismo inherente a mis entrañas, tristeza que se desliza dulcemente a ras de polvo -brisa-. Descubrí entonces que soy un gato triste capaz de estar a años luz con un instante de distancia de los demás. Descubrí también que felicidad es melancolía en una tormenta de verano. Descubrí que no puedo ser de otra manera que arrastradamente triste con y para mi -desgraciadamente realista-. Los nudos en el estómago son motor de vida. Soy un gato triste feliz mirando a la luna, viéndola perderse -difuminarse- en las palabras de los poetas, en la confusión de la oscuridad. No todo lo que soy es tristeza, ni miseria, ni siquiera entropía... pero supongo que a veces casi. Ser poco a poco, desenredando el nudo que se hace de mi lengua la soledad a veces. Arder de vez en cuando para poder seguir caminando. Yo te invito al caos, tú decides si pasar. Soy un gato triste capaz de ser feliz y de ser miserable, de ronronear y huir -incluso de hacer las cosas bien-.  Huir. 
'Contigo o sin ti, a mil kilómetros del suelo en un segundo, sin querer queriendo...'