Hoy es de esos días en que, aunque mi interior no esté en orden, aunque casi nada roce el cielo, me prometo 'Voy a escribir algo que merezca la pena...' Pero es tanta la incertidumbre, es tanto lo que he de ordenar con palabras en mi alma, que apenas puedo si no acariciarlo todo y dejarlo ir para poder dormir una noche tras otra.
Me asomo a la ventana, me mezclo sin querer con el frío y la oscuridad, y me vuelvo a asfixiar. Ventana a través de la que he visto un presente perfecto volverse pasado, y un futuro impredecible llegar con un impacto helado, a través de la que intento vislumbrar algo de paz. Sólo un instante. Luego me río, pienso en todo, me paro junto a pequeños y estúpidos pensamientos, los plasmo en el papel para ver si algo tiene sentido y luego lo borro todo...
No, nada tiene sentido desde esta cara de la polipolaridad que me corroe. Tal vez en un rato sonría y me ría. Ni eso soy capaz de entender.
Sólo se mantiene esa pregunta, eterna, delirando, dando vueltas por mi cabeza... ¿y ahora qué?
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