Lo más bonito de esta vida, lo más precioso... escapa.
Nunca un atardecer será eterno ni el sentimiento más fogoso infinito. Lo importante es aprender a disfrutar lo fugaz; hacerlo eterno en un instante -el tiempo necesario para deleitarse - y luego dejarlo marchar. Lo necesario es saber desprenderse en el momento necesario, dejar ir lo más maravilloso sabiendo que 'siempre' es una palabra que escapa completamente a nuestra percepción de la realidad.
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