miércoles, 29 de junio de 2016

Tarde vaga

El agua hasta la cintura, el viento haciéndola ondear. El libro entre los dedos con sus líneas entre mis labios, haciéndome sentir la extraña sensación de la empatía entrópica. Esto es el cielo, me parece. Nero mirándome con atención  y lasitud a la vez. El viento furibundo. El sol cayendo oblicuo y con piedad sobre mi espalda. La piscina y su agua enrabiada de nuevo. Silencio, sólo roto por el álamo que se mece sin respiro. Sin duda esto es el cielo. 

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