miércoles, 16 de marzo de 2016

Soledad

Despegarse del miedo a la soledad. Cuánta libertad, cuanta indolencia. No sé cuánto habré crecido, ni sabría medir cuánta ansiedad y sufrimiento he necesitado para perder el pánico a estar sola. Literalmente sola. Sé que puedo yo sin más, 'te quiero pero te necesito', disfrutar de la soledad. De estar entre estas cuatro paredes con mi respiración pausada, mi melancolía sin sentido. Indolente, sintiendo hasta las uñas de los dedos de los pies, hasta las pestañas, las comisuras de mis labios que arden a ratos. Y sí, esta tristeza es toda mía, y este sueño también, y esta hambre, y estas ganas, este dolor de cabeza. Todo es mío y de nadie más, ni la culpa, ni la suerte, ni el esfuerzo. 
Despegarme de todo, que no lo necesito. Y que sea lo que tenga que ser, que ahí estoy yo para mí. 

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