Escribir es el pánico a que se llegue a comprender lo que digo. Escribir es como tener los ojos tristes sin remedio. ¿Cómo ocultarlo? Escribir enrevesado como necesidad primaria del alma inquieta dentro del pecho, que galopa y golpea, destruye por dentro las entrañas sin piedad... y escribir es el remedio para calmar el dolor del derramamiento de sangre. Un parche a la ausencia.
El desahogo silencioso
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