Y mis nervios, que ya no sirven para nada, tan
rotos, tan crispados. Tan sensibles. Tanto me cabrea que lo sean que más
vulnerable me vuelvo. Y mis errores, soplándome en la nuca,
deseando que vomite, y yo que no puedo ni hablar con este nudo, con estas
ganas de nada; del universo entero transformado en nada. Y estas ganas de
llorar que no comprendo. 'Pareces feliz, pareces cansada, pareces ausente.' Y
yo que lo parezco todo pero que no soy nada me estremezco. Y tiemblo con
estas ganas de rendirme al mundo, de callar por fin y dejar de vomitar
palabras para así llevar por fin el vestido limpio y las ganas del alma
tranquilas. Pero, ¿cómo callar esta ruina que soy yo, este veneno contenido en
palabras que soy y que asfixia hasta la agonía frente al atardecer en el mar
-la calma, la cama-?
Momentos de reflexionar
ResponderEliminarCambia la tinta que es dificil leer
Feliz calma, cama