lunes, 9 de diciembre de 2013

Borrador.

A estas alturas y con ganas mil de escribir algo con mínimo sentido y ambición de ser, y no soy capaz. 'He perdido la ambición'. Si no me conociera estaría preocupada. Rachas. Y quien dice rachas dice ausencia del poder de una crisis que me haga explayarme y ser quien soy. Por suerte este silencio también me hace ser quien soy. Las heridas siempre candentes, y las ganas esparcidas por estas cuatro paredes. El alma está adormecida pero no obnubilada. Es todo lo que hacemos lo que nos permite ser quienes somos... pero también lo que no hacemos. 
Mi alma es un conjunto de acordes de Loreena Mckennit muy separados, muy espaciados. Hay una sensación dentro de esta calma que se pasea con holgura en mi conciencia y que ya no me esfuerzo en arrancar. No sé si es que no tengo fuerzas para arrancarla o que, en ausencia de emociones que mantengan mi nivel habitual de incertidumbre e inquietud siempre va bien rebuscar motivos en el subconsciente para permanecer intranquila.

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