domingo, 13 de octubre de 2013

Como siempre, domingo para el alma. Distorsión.

Conocer es calma. Calma sobre los desastres, los destrozos. Saber que avanzamos en espirales de discordia es una ventaja. Es despreciable, pero no raro. ¿Qué le voy a contar yo a nadie sobre la miseria humana? Que si acaso yo sólo sufro porque sé de los errores sin preocuparme de los errores. Siempre es por mí. Siempre yo. Siempre tú. Cada cual en su irreal universo de principios y valores. No nos han dicho lo suficiente lo ridículos que somos vistiendo este traje de honor. No he dicho lo suficiente lo fácil que es hablar del mundo colmada de placer. Todo es fácil y prescindible. 
'El cerebro coge todo lo anterior y hace un promedio, así sabemos el grado de aceptabilidad de los recuerdos. Por eso idealizamos, y en consecuencia todo tiempo pasado fue mejor.' No confío en mi memoria, ciertamente. Sólo en el tiempo, el ser potencialmente, el ser en acto, la necesidad de rodar con el mundo. Miseria, belleza. Pero que aún no haya llegado... Que aún pueda ser cambiada. No confío en lo inamovible de la idealización. 
Que todo lo que tenga que salir bien saldrá bien. Te cambio tu calma por mi desastre. Mi aire por tu calor. 

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