martes, 30 de julio de 2013

Dehors.

Mi desgracia es no saber dar portazos al salir... Asomarme al infinito, al vértigo eterno sólo tras cerciorarme de haber dejado la puerta entreabierta, los susurros a medias. Mi cerebro es horrible en muchos sentidos. Hay polvo y sueños dentro, todo impregnado de un gris lúgubre que me hace tener escalofríos por las esquinas, que me hace sentirme fuera del mundo sin remedio. Hors du monde. Hors de moi. 
'Arretez le monde! Je veux descendre...' pero al revés, por una vez. 

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