martes, 11 de junio de 2013

Y callar.

Abrir la ventana para ahogarme y respirar a la vez. Para gritar que todo irá bien, que hoy estoy un poco sentimentalista, un poco perro enfurecido. Susurrar que ojalá el mundo no me deje en el olvido, que no soy nadie fuera de allí, como mucho un gato de mirada invisible. Calma. Que hoy mis dedos tienen un extraño tic, parecido a una caricia. Que hoy me siento a medias el zorro domesticado del Principio, pero sólo a medias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario