El sentido de las cosas se va construyendo a medida que se viven, que los sentimientos se exaltan y se calman, los detalles cobran vida y se amontonan, las grandes cosas quedan reducidas a poco y los pensamientos no mienten. Entonces el sentido de casi todo, en espiral ascendente, se va mostrando tal cual debe ser.
Es extraño que se cree que es al revés; que hemos de establecer un algo, un '¿Cuál es el sentido, la importancia de las cosas y las personas?', cuadriculado, perfecto, para encarrilar por ahí nuestros sentimientos y actos. Pero, ¿no será mejor construir el propio universo sobre algo (mucho más abstracto y perfecto) como es la nada, sobre la que todo es posible y moldeable?
Ya llegará la forma que deba tener el camino, todo llega, todo pasa... Déjenle tiempo y espacio al sentido para que crezca hacia donde quiera.
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