lunes, 27 de agosto de 2012

Algunos que otros.

Hay quien ve magia donde sólo hay mediocridad. Hay quien eleva al cielo la miel de una noche sin dormir. Hay quien infravalora los diamantes que se le pueden robar a las lágrimas.Hay personas que se muerden los labios hasta sangrar. Hay quien piensa en el porqué de volver a pensar en ella, o en él. Hay quien se desprecia por ello. Hay quien camina sin rozar el suelo. Y quien lo patea furiosamente. Hay quien se contentaría con cenar tus besos. Hay quien mandaría al infierno tus sonrisas. Personas que caminan con los pies sucios de soñar descalzos... Hay quien funde su alma en una canción y se seca las lágrimas discretamente. Déjame que sea de los que trasnochan con los minutos entre los labios, pensando en nada, en ti y en todo a veces. Sólo a veces. Déjame ser de quienes quieren hacer el mundo suyo. Hay también quien ahoga sus penas al fondo de un vaso, y quien encuentra el valor al fondo del mismo. Hay quien se contenta con serlo todo, y quien desearía no ser nada -para volver a serlo todo, en otro tiempo, en otro espacio...-. Hay quien es capaz de sentir la inmensidad de las palabras no dichas, y más aún de las que ni siquiera existen. Hay quien se agota para caer en la cama sin remedio. Hay quien finge la humildad, y quien peca de falta de ego. Hay quien es capaz de eclipsar al sol con su brillo, y quien engrisece sus propios ojos. Hay quien no soporta el silencio. También están aquellos que dan las buenas noches, y esperan que lo sean. Y sueñan con que no sean precisamente en su cama. Hay quien aún se fascina con la cara oculta de la Luna. Luego están aquellos que aman al viento, a los que no les importa lo que conlleve enredarse en él y su polvo cargado de mil historias.

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